Los sindicatos LAB, LEKU, ELA y ESK han pedido este martes al Departamento vasco de Industria que haga «un seguimiento estrecho» del proceso de reestructuración del Grupo Celsa, al que pertenecen la acería eléctrica Nervacero de Portugalete (Bizkaia) y la vitoriana Celsa Atlantic (antigua Laminaciones Arregui).
Estas centrales han expresado su preocupación por la judicialización del proceso de negociación de la deuda del grupo Celsa y por la situación en que pueden verse los trabajadores de estas dos empresas.
«Sabemos muy bien a qué se dedican los fondos buitre (acreedores de la empresa) y cuáles son sus intereses», han señalado los cuatro sindicatos en un comunicado, en el que opinan que la única solución viable es que Celsa quede en manos de un grupo industrial que mantenga la actividad, el empleo y garantice un futuro para las plantas de Celsa, en especial las vascas de Nervacero y Laminaciones Arregui.
Para exponer esta situación, los sindicatos se han reunido con el Gobierno Vasco con el fin de saber si ha mantenido contactos con los acreedores o con Celsa y sobre todo para que medie con los acreedores y haga un seguimiento del proceso.
Consideran que las instituciones deben tomar una actitud proactiva para impedir que esta situación acabe «con la destrucción de cientos de empleos directos y otros tantos indirectos». EFE