Vitoria vive hoy su día grande en honor a su patrona, la Virgen Blanca, a la que desde primera hora los blusas y las neskas han agasajado con coloridos ramos de flores en una jornada festiva fría primero y soleada después. Y habrá parada de 15 minutos en protesta por la agresión sexual.
Tras la multitudinaria recepción de ayer a Celedón, Vitoria ha madrugado para cumplir un año más con el solemne Rosario de la Aurora, al que se han sumado en silencio miles de ciudadanos. A pesar del frío, miles de vitorianos al rosario de la Aurora
La procesión del Rosario comenzó a las siete de la mañana con frío, ocho grados, desde la plaza de la Virgen Blanca para hacer su recorrido tradicional por el casco medieval y vuelta a la plaza.
El recorrido, de una hora, se celebró sin problemas, para dar paso a las ocho a la Misa de la Aurora presidida por Juan Carlos Aguillo, quien se despidió en ella como párroco de San Miguel.
Después, la ofrenda de flores que las cuadrillas de neskas y blusas, hoy ya sí ataviados con los trajes típicos, han colocado bajo la hornacina que protege a la Virgen Blanca en la balconada de la Iglesia de San Miguel.
En la misa pontifical de las 10:30 en la misma iglesia, presidida por el obispo Juan Carlos Elizalde, éste ha centrado su homilía en la situación de la mujer en la sociedad y apostado por reforzar la identidad cristiana en los colegios religiosos de Vitoria.
El obispo ha señalado que en la Virgen «están representadas todas las mujeres, especialmente las que sufren violencia, las explotadas víctimas de trata, las ancianas olvidadas y las jóvenes más vulnerables».
Monseñor Elizalde ha recordado que «llevamos muchas fiestas patronales, no solo aquí, sino en muchas otras ciudades y pueblos, con agresiones sexuales, con peleas y con episodios de ingesta de alcohol con ingresos hospitalarios, algo que debemos erradicar por el bien de nuestros jóvenes y de las generaciones futuras».
Precisamente una agresión sexual ocurrida esta madrugada ha empañado las fiestas, a raíz de la cual un hombre ha sido detenido.
Como protesta, la Federación de blusas y neskas parará la fiesta un cuarto de hora, antes del paseíllo.
La visita matinal a la patrona ha dado paso de nuevo a la música y a la diversión a cargo de las cuadrillas y las charangas que les acompañan, que han tomado una calles que ya no abandonarán hasta que el miércoles por la noche Celedón regrese al campanario y a Zalduondo.
Música, música y más música: de cámara para los oídos más delicados, de charanga para los más juerguistas, de trikitrixa para los más folclóricos, o los sones de la banda municipal de Vitoria para todos los públicos.
En el día grande los más osados han podido volver a disfrutar de las vaquillas en la Plaza de Toros, y los «txikis», como siempre, han vuelto a entrar y salir una y otra vez por la boca y el trasero de Gargantua.
También ha habido tiempo para entregar la medalla de oro de la ciudad al Colegio de Médicos de Álava, que cumple su 125 aniversario.
Esta tarde, aunque ya no hay corridas de toros, las cuadrillas realizarán el primer paseíllo de las fiestas, bajo la atenta mirada de sus fieles seguidores que tratarán de coger sitios privilegiados para no perderse el paso de neskas y blusas.
Ya por la noche, más música en distintos escenarios, el más destacado, el de la Plaza de los Fueros, con Camela. EFE