Opinión por Álvaro Martínez
Intencionadamente he puesto el titular en masculino para que ningún malintencionado dijera que al poner ”política” me estaba refiriendo a la categoría de responsables públicos femeninos. Es el mejor político actual de la ciudad. Entre hombres y mujeres.
Ha sabido realizar una campaña electoral de altura. Se convirtió en alternativa a Javier Maroto en el minuto uno, mantuvo la tensión y ha sabido aglutinar entorno a ella los primeros acuerdos para echar al alcalde. Lo conseguirá o no, pero desde luego lleva doce días, desde la jornada electoral a un ritmo que son incapaces de parar el resto de partidos del arco municipal.
Están acogotados, les tiene callados, sin reacción. No se mueven. Solo habla ella, lidera, y nadie sabe cómo atacar sus posiciones. Y doce días son muchos en política. El silencio impera ante el terremoto Larrion.
Pero ya está dejando las señas de lo que puede ser en el futuro. La legislatura que le espera a quién sea alcalde –si no es ella- es de Copa de Europa. Si es Maroto, le tendrá contra las cuerdas más de una vez. Si es Urtaran, el nacionalista va a hacer todo lo que le diga ella.
Y que les conste a ustedes que, ni mucho menos, tiene a todo su partido conforme con regalar los concejales al PNV. Aun así ha ganado con su apuesta.
Tengo la intuición de que si hoy se repitieran las elecciones optaría seriamente a ganarlas. Solo es un palpito que nunca podrá probarse.
Y no es por nada, pero ya escribí hace meses que sería la gran sorpresa, cuando nadie le conocía.
Lo único que le reprocho es que no se postule ella como alternativa el día 13. Debiera hacerlo. Eso han dicho los ciudadanos. Que el PNV se moje en su apoyo o no. Pero regalar… Todo no vale en política, y la aritmética sí, pero escuchando a la ciudadanía, también.
La verdad es que ha sido una campaña impecable, con su propuesta postelectoral se va a fagocitar a Urtaran, a quien va a hacer daño es al electorado del PNV. Yo votante del PNV veo con malos ojos que se apoye a Bildu, pero también reclamo un cambio de candidato nuestro a la alcaldia. No se puede presentar a un individuo con la sombra de la duda sobre su puesto de funcionario. Lo que reclamo y exijo para los demás lo exijo con los mismos escrúpulos para los nuestros. Larrion, a pesar de todo, sería una magnífica alcaldesa y ha hecho una campaña y ha lanzado su oferta postelectoral de manera muy inteligente. ¿Le entrarán al trapo y picarán el anzuelo?