Bares en Fiestas de Vitoria: Muy buen negocio 2 días, 1 flojo

Los hosteleros de Vitoria están satisfechos con la marcha de sus negocios en las recién terminadas fiestas de la Blanca, sobre todo durante su arranque: el día 4 con la bajada de Celedón y el 5, día grande que además fue sábado.

El vicepresidente de SEA Hostelería, Juan Carlos Antolín, ha explicado a EFE que a partir del domingo el ocio nocturno fue menor en parte porque muchas personas tenían que trabajar al día siguiente, aunque eso sí, «los jóvenes han salido todos los días».

Además también han funcionado muy bien otras franjas horarias como la del aperitivo, la comida y el «tardeo«, con lo que los hosteleros han contado con un tipo de público diferente según la franja horaria.

«En general la Blanca ha ido bien. Han sido unas buenas fiestas, algo mejor que otros años» y además el buen tiempo ha acompañado, según ha valorado Antolín.

PEOR DÍA

Ha reconocido no obstante que el episodio de calor de este miércoles vació las terrazas de la ciudad y además se perdió volumen de negocio tras la decisión de la Comisión de blusas y neskas de suspender el paseíllo de tarde debido precisamente a las altas temperaturas.

Los que se animaron a tomar algo ayer por la tarde lo hicieron en el interior de los bares para poder disfrutar del aire acondicionado o lo dejaron para la noche, en la que Celedón volvió a subir a la Torre de San Miguel para poner fin a las fiestas de este año.

Esta última noche festiva «fue de maravilla» ya que muchísimos los vitorianos acudieron a la Plaza de la Virgen Blanca para despedir al aldeano de Zalduondo, encarnado por última vez por Gorka Ortiz de Urbina, que en 2024 será relevado por otra persona tras 21 años en la piel de Celedón.

En opinión de Antolín el gran ambiente que se ha vivido en fiestas y su consecuente reflejo en la hostelería es gracias en gran medida a las cuadrillas de blusas y neskas y a las txarangas que «menean la fiesta» y «atraen a mucho público, sobre todo nacional». EFE



1 Comentario

  1. Ah, que los hosteleros sólo se dan cuenta que la gente trabaja cuando facturan menos… lo de dejar dormir a los que vivimos en el Casco Viejo y también trabajamos, eso ni se lo plantean ni ellos ni este Ayuntamiento.
    Este consistorio debería dejar de llamarse Ayuntamiento y funcionar cómo una asociación de hostelería, así al menos no habría que mantener a tanto incompetente con nuestros impuestos.

Dejar respuesta