Vuelve el Mercado Medieval a Vitoria

No solo es jolgorio. El Mercado Medieval atrae miles de personas a zonas concretas de la ciudad, cuyas casas están habitadas. Y mientras los que llegan se lo pasan en grande, los que están (algunos) viven incomodidades.

Tres son las principales razones que nos han expresado: el ruido, las dificultades para acceder a sus portales y que les engalanen los balcones.

En este último caso, un vitoriano ha protestado a través del buzón ciudadano  y ha dicho que «con motivo del mercado medieval me he encontrado en dos de mis balcones sujeciones de la decoración puesta para el mercado. Quiero manifestar mi profundo malestar por ello, ya que no se nos ha informado previamente ni se nos ha pedido permiso para ello ¿Tengo la obligación de permitirlo?».

Remata señalando que «cuando cualquier ciudadana quiere realizar una actividad que suponga una ocupación de la vía pública tiene que que notificarlo y pedir permiso, así que entiendo que al revés, es decir, cuando una actividad promovida por el ayuntamiento va a suponer una ocupación de un espacio privado, debería, cuando menos, notificarlo».

Y a esta persona no le falta razón.



1 Comentario

  1. En nuestra fachada (calle Postas), se hicieron varios taladros para la sujección de las luces de Navidad, y nadie, nadie, ha pedido permiso para llevar a cabo tal acción.
    No digo que esté en contra de que se ornamente el centro de la ciudad con luces, pero si de la ausencia de un comentario, de una petición de permiso… vamos, de que alguien haya comentado con la comunidad de vecinos la idea.

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